Sólo él sabia cómo consolarme.
Siempre con las palabras justas y necesarias. Siempre con las palabras exactas.
Y ni una gota más de medicina perjudicaba a mi organismo, pues tan sólo él sabía la dosis perfecta para mi.
Siempre con las palabras justas y necesarias. Siempre con las palabras exactas.
Y ni una gota más de medicina perjudicaba a mi organismo, pues tan sólo él sabía la dosis perfecta para mi.