Extrañarlo demasiado. Echar tanto en falta a alguien, TANTO, que llegues al máximo grado de la expresión, y hasta te duela.
Que todos los “te quiero”, los “te amo”, los “te extraño” del mundo entero, se te hagan cortos. Y las palabras ya no abarquen el mismo significado para ti que al principio, porque con esas simples frases, no eres capaz de describir todo lo que sientes cuando piensas en ÉL.